Reflexiones del PRI sobre las Escrituras | Memoria de San Carlos Borromeo, obispo

Evangelio
Lucas 14, 15-24

En aquel tiempo, uno de los que estaban sentados a la mesa con Jesús le dijo: "Dichoso aquel que participe en el banquete del Reino de Dios".

Entonces Jesús le dijo: "Un hombre preparó un gran banquete y convidó a muchas personas. Cuando llegó la hora del banquete, mandó un criado suyo a avisarles a los invitados que vinieran, porque ya todo estaba listo. Pero todos, sin excepción, comenzaron a disculparse. Uno le dijo: 'Compré un terreno y necesito ir a verlo; te ruego que me disculpes'. Otro le dijo: 'Compré cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas; te ruego que me disculpes'. Y otro más le dijo: 'Acabo de casarme y por eso no puedo ir'.

Volvió el criado y le contó todo al amo. Entonces el señor se enojó y le dijo al criado: 'Sal corriendo a las plazas y a las calles de la ciudad y trae a mi casa a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los cojos'.

Cuando regresó el criado, le dijo: 'Señor, hice lo que me ordenaste, y todavía hay lugar'. Entonces el amo respondió: 'Sal a los caminos y a las veredas; insísteles a todos para que vengan y se llene mi casa. Yo les aseguro que ninguno de los primeros invitados participará de mi banquete' “.

Reflexión del Evangelio en palabras de Monseñor Don Fischer

Es interesante ver la reacción de que ofrece esta cena a sus amigos, y lo enojado que estaba, lo lleno de rabia que estaba. Esto simplemente subraya el anhelo, el deseo que Dios tiene de alcanzarnos, de ayudarnos en todas esas áreas donde no vemos bien, estamos ciegos, no podemos hacer el trabajo que El desea de nosotros.

Somos lisiados o cojos. Él quiere que seamos alimentados y nutridos. Y cuando ve a estas personas atadas a las cosas comunes que dicen: «Necesito un lugar donde vivir, así que lo estoy considerando. Tengo que empezar un negocio, estoy comprando ganado. Estoy recién casado no puedo venir». Siempre es una excusa simple. ¿Y cuántas veces hacemos eso

¿Cuántas veces no seguimos una intuición, una sensación de que Dios nos pide no tanto que hagamos algo, sino que vengamos a festejar con él? Festejemos  la bondad, la plenitud y el poder sanador del Reino de Dios.

Oración final

Padre, ayúdanos a conocerte, a comprender tu anhelo, a comprender tu deseo, tu pasión por nosotros. No quieres perder a ninguno de nosotros. Deseas que experimentemos precisamente eso que marca la diferencia entre una vida plena y una vida vacía. Ayúdanos en nuestras decisiones. Y te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

Kyle Cross