Reflexiones del PRI sobre las Escrituras | Jueves de la XXXI semana del Tiempo ordinario

Evangelio
Lucas 15, 1-10

En aquel tiempo, se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharlo; por lo cual los fariseos y los escribas murmuraban entre sí: "Este recibe a los pecadores y come con ellos".

Jesús les dijo entonces esta parábola: "¿Quién de ustedes, si tiene cien ovejas y se le pierde una, no deja las noventa y nueve en el campo y va en busca de la que se le perdió hasta encontrarla? Y una vez que la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría y al llegar a su casa, reúne a los amigos y vecinos y les dice: 'Alégrense conmigo, porque ya encontré la oveja que se me había perdido'. Yo les aseguro que también en el cielo habrá más alegría por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos, que no necesitan arrepentirse.

¿Y qué mujer hay, que si tiene diez monedas de plata y pierde una, no enciende luego una lámpara y barre la casa y la busca con cuidado hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas y les dice: 'Alégrense conmigo, porque ya encontré la moneda que se me había perdido'. Yo les aseguro que así también se alegran los ángeles de Dios por un solo pecador que se arrepiente”.

Reflexión del Evangelio en palabras de Monseñor Don Fischer

Me encanta cuando Jesús basa sus ejemplos en algo que todos conocemos, algo que forma parte de la condición humana. Si pierdo algo, especialmente si es algo de valor, mi billetera, mi tarjeta de crédito o lo que sea, me obsesiono hasta encontrarlo. Y esa alta sensibilidad hacia algo perdido, es el motivo que Jesús usa para decirnos que esa es la ansiedad, esa es la preocupación, ese es su lugar cuando no estamos con 

El, cuando estamos perdidos, cuando tomamos malas decisiones.

Él anhela que regresemos a él y hará todo lo posible por encontrar la manera de guiarnos. Así como nosotros intentamos encontrar el lugar donde dejamos algo valioso.

Oración final

Padre, ayúdanos a conocer tu amor, tu preocupación, tu enfoque. Nos es imposible pensar que tú, un solo Dios, puedas estar íntimamente involucrado en la vida interior de cada ser humano, de cada criatura que has creado, de todo lo que tienes en el mundo que es parte de ti. Ayúdanos a comprender ese gran misterio y a sentir la cercanía que tienes con nosotros, para que podamos sentir la cercanía que anhelamos contigo. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

Kyle Cross