Reflexiones del PRI sobre las Escrituras | La Natividad del Señor (Navidad)
Evangelio
Juan 1, 1-5. 9-14
En el principio ya existía aquel que es la Palabra,
y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios.
Ya en el principio él estaba con Dios.
Todas las cosas vinieron a la existencia por él
y sin él nada empezó de cuanto existe.
Él era la vida, y la vida era la luz de los hombres.
La luz brilla en las tinieblas
y las tinieblas no la recibieron.
Aquel que es la Palabra era la luz verdadera,
que ilumina a todo hombre que viene a este mundo.
En el mundo estaba;
el mundo había sido hecho por él
y, sin embargo, el mundo no lo conoció.
Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron;
pero a todos los que lo recibieron
les concedió poder llegar a ser hijos de Dios,
a los que creen en su nombre,
los cuales no nacieron de la sangre,
ni del deseo de la carne, ni por voluntad del hombre,
sino que nacieron de Dios.
Y aquel que es la Palabra se hizo hombre
y habitó entre nosotros.
Hemos visto su gloria,
gloria que le corresponde como a unigénito del Padre,
lleno de gracia y de verdad.
Reflexión del Evangelio en palabras de Monseñor Don Fischer
Transcurrieron 4000 años desde Adán y Eva hasta este momento de la historia en que Jesús entró en el mundo. Cuando Dios se hizo hombre y nos reveló un mundo que jamás hubiéramos imaginado, un mundo en el que compartiría su presencia contigo y conmigo, transformando el mundo y conduciéndonos al reino de Dios.
Este es el momento más importante para que comprendamos, acojamos y participemos en hacer presente a Dios en el mundo.
Oración final
Padre, nada es más importante que comprender el papel que cada uno de nosotros desempeña. Y ese papel implica la hermosa tarea de llevarte a ti, tu sabiduría, tu verdad y tu vida al mundo. Bendícenos en esta labor. Mantennos vigilantes en nuestra misión. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.