Del Instituto Pastoral de Reflexiones tenemos la meditación de las Escrituras | Memoria de San Andrés Kim Taegon, presbítero y San Pablo Chong Hasang y compañeros, mártires
Evangelio
Lucas 8, 4-15
En aquel tiempo, mucha gente se había reunido alrededor de Jesús, y al ir pasando por los pueblos, otros más se le unían. Entonces les dijo esta parábola:
“Salió un sembrador a sembrar su semilla. Al ir sembrando, unos granos cayeron en el camino, la gente los pisó y los pájaros se los comieron. Otros cayeron en terreno pedregoso, y al brotar, se secaron por falta de humedad. Otros cayeron entre espinos, y al crecer éstos, los ahogaron. Los demás cayeron en tierra buena, crecieron y produjeron el ciento por uno”. Dicho esto, exclamó: “¡El que tenga oídos para oír, que oiga!”
Entonces le preguntaron los discípulos: “¿Qué significa esta parábola?” Y él les respondió: “A ustedes se les ha concedido conocer claramente los secretos del Reino de Dios; en cambio, a los demás, sólo en parábolas para que viendo no vean y oyendo no entiendan.
La parábola significa esto: la semilla es la palabra de Dios. Lo que cayó en el camino representa a los que escuchan la palabra, pero luego viene el diablo y se la lleva de sus corazones, para que no crean ni se salven. Lo que cayó en terreno pedregoso representa a los que, al escuchar la palabra, la reciben con alegría, pero no tienen raíz; son los que por algún tiempo creen, pero en el momento de la prueba, fallan. Lo que cayó entre espinos representa a los que escuchan la palabra, pero con los afanes, riquezas y placeres de la vida, se van ahogando y no dan fruto. Lo que cayó en tierra buena representa a los que escuchan la palabra, la conservan en un corazón bueno y bien dispuesto, y dan fruto por su constancia’’.
Reflexión del Evangelio en palabras de Monseñor Don Fischer
Cuando Jesús murió en la cruz, creó la tierra fértil.
La capacidad que tenemos para reflexionar sobre los misterios que Jesús nos ha compartido. Para retenerlos en nuestro corazón, para darles vueltas, para observarlos, para reflexionar sobre ellos, y que finalmente echen raíces en nosotros. No es algo que simplemente se da. Es algo que se presenta y que necesita ser trabajado.
Oración final
Padre, hay muchas cosas que pueden distraernos. Pero hay algo que nos llama constantemente a reflexionar, a meditar y a intentar comprender más. Nunca terminamos. Siempre estamos imaginando, preguntándonos, buscando. Esas son las señales de una tierra fértil. Ayúdanos a ser una tierra fértil. Y te lo pedimos en el nombre de Jesús, amén.