Reflexiones del PRI sobre las Escrituras | Martes de la XXVIII semana del Tiempo ordinario

Evangelio
Lucas 11, 37-41

En aquel tiempo, un fariseo invitó a Jesús a comer. Jesús fue a la casa del fariseo y se sentó a la mesa. El fariseo se extrañó de que Jesús no hubiera cumplido con la ceremonia de lavarse las manos antes de comer.

Pero el Señor le dijo: "Ustedes, los fariseos, limpian el exterior del vaso y del plato; en cambio, el interior de ustedes está lleno de robos y maldad. ¡Insensatos! ¿Acaso el que hizo lo exterior no hizo también lo interior? Den más bien limosna de lo que tienen y todo lo de ustedes quedará limpio”.

Reflexión del Evangelio en palabras de Monseñor Don Fischer

Para comprender la vida de los fariseos, lo que Jesús ansiaba exponer era el hecho de que estaban llamados a ser siempre limpios, nunca impuros, y que existían todos estos rituales que los purificaban. Jesús los conoce y sabe que en el fondo de su ser hay un problema.

Es la avaricia. Es querer poder. Es querer controlar. Es tan interesante que lo diga de forma tan sencilla: «Si tan solo superaras todo esto, te concentraras en ti mismo y en tu poder, y fueras generoso. Entrégalo. Entiende quién puedo ser en ti, haciéndote tan rico y poderoso».

Oración final

Padre, bendícenos siempre con un corazón generoso y abierto. Cuando estamos abiertos a ti, estamos abiertos unos a otros. Tenemos compasión. Tenemos comprensión. Bendícenos para que no nos enfrasquemos tanto en nosotros mismos, en nuestros roles, en nuestras posiciones, sino que nos hagas más como tú. Compasivos y comprensivos. Pedimos esto en el nombre de Jesús, Amén.

Kyle Cross